La preparación del suelo para la siembra es indispensable para conseguir el éxito y garantizar la calidad de los productos plantados. El cultivo de patatas provoca un gran desgaste en los suelos donde se ha sido plantada a nivel de nutrientes, por lo que es considerado óptimo no utilizar el mismo suelo durante dos años consecutivos con el objetivo de que la tierra se recupere.
La siembra temprana de la patata es posible debido a que la formación de los tubérculos comienza entre el primer y el segundo mes desde que es plantada, pudiendo tener su proceso final de formación en unas condiciones meteorológicas adecuadas. Según declaran en Productos Monti, fábrica de snacks y patatas fritas de forma artesana desde 1969, «conseguir una calidad óptima de la patata se basa en un proceso que comienza antes incluso de ser plantada. La preparación del suelo es un aspecto fundamental a tener en cuenta y debemos asegurarnos de que la patata crezca en una tierra rica en los nutrientes que necesita».
La rotación de cultivos es la más elegida en el mundo de la agricultura para el cultivo de la patata. Gracias a la rotación de cultivos se pueden regenerar los minerales de la tierra, pudiendo explotar el suelo de manera ininterrumpida. La tierra que albergue un cultivo de patata necesita ser rica en nitrógeno, fósforo y potasio entre otros. Desde Productos Monti declaran que «la salud del suelo a nivel de minerales debe ser motivo de estudio antes de realizar una gran plantación. Una tierra con bajos niveles de nitrógeno no será óptima para un desarrollo foliar correcto de la patata».
El abonado y los tratamientos del cultivo de patata también son indispensables para conseguir un producto de buena calidad. Como empresa artesana centrada en el cultivo ecológico de sus materias primas para la elaboración de sus productos afirman que «ser conscientes de que debemos dejar a un lado los productos químicos es primordial. La sostenibilidad en los cultivos es un aspecto al que se le debe dar importancia debido a la crisis climática que estamos viviendo». El cultivo ecológico, cada día más de moda, no solo afecta a la calidad del suelo y al impacto en el medio ambiente. Desde la fábrica que tiene el certificado CAAE en sus productos, concluyen afirmando que «el producto final de un cultivo ecológico donde los tratamientos están libres de sustancias químicas, supone un beneficio directo para la salud de los consumidores finales, siendo un plus añadido para que los suelos sean tratados de manera ecológica».
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