Durante la última jornada del 27 Congreso de Optometría, Contactología y Óptica Oftálmica – OPTOM 2022, se celebró una conferencia magistral titulada Alimentación, nutrición y salud visual. Una revisión de la evidencia, impartida por Javier Aranceta Bartrina, PhD, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.
El deterioro de la visión es un importante problema de salud pública que afecta a unos cientos de millones de personas en todo el mundo y se estima que alrededor de un 80% de ellas se pueden prevenir o tratar. Las causas de las enfermedades oculares es compleja e intervienen múltiples factores pero, según los expertos, se ha implicado el estrés oxidativo como un mecanismo causal habitual. “El ojo es un órgano especialmente susceptible al estrés oxidativo por su elevado consumo de oxígeno, la alta concentración de ácidos grasos poliinsaturados y también por la exposición continua a la luz visible de lata energía. Esta combinación de factores favorece la formación de especies reactivas de oxígeno que pueden dañar los tejidos oculares. Desde hace tiempo se ha suscitado gran interés por investigar el papel de los antioxidantes en la dieta y los potenciales efectos terapéuticos beneficiosos de la suplementación con vitaminas y minerales como estrategia para la prevención y control de estos problemas”, explicó Javier Aranceta en su intervención.
Según el experto, entre las principales causas de ceguera se encuentran las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), y ambas patologías han sido objeto de numerosos estudios nutricionales. Son enfermedades de origen y desarrollo multifactorial, por lo que los enfoques de tratamiento también deberían ser diversos, entre ellos el nutricional. “Sin duda es importante evitar los factores de riesgo implicados en las diferentes patologías oculares, como abandonar el tabaco, reducir lo más posible la exposición solar continuada, utilizando gafas de sol protectoras que bloqueen al máximo la radiación ultravioleta, y favorecer la ingesta de alimentos ricos en componentes beneficiosos y antioxidantes, como la luteína, zeaxantina, vitaminas C y E, zinc y AGP n-3, entre otros.
La DMAE es un problema complejo en el que intervienen una serie de factores de riesgo. En estudios realizados en animales y en cultivos celulares se ha visto que el estrés oxidativo es un factor que contribuye a su desarrollo. Se ha investigado la posible asociación entre los antioxidantes de la dieta y el desarrollo de degeneración macular y, especialmente, la posible contribución del aumento en la ingesta de vitaminas y minerales antioxidantes para prevenir o retrasar el problema. También se ha investigado el papel de algunos ácidos grasos esenciales por el potencial antiinflamatorio de los ácidos grasos omega 3 de cadena larga. “Si llevamos a cabo una revisión sistemática de guías para la prevención de la DMAE procedentes de distintos países, encontraremos que ocho de estas guías contemplan recomendaciones sobre cambios en la dieta para la prevención primaria; en algún caso recomendaban la suplementación con luteína y zeaxantina y, en otro caso, sugieren que la suplementación con antioxidantes podría ser beneficiosa para quienes presentan déficits nutricionales, mientras que en cinco guías se advierte de que el consumo de dosis altas de suplementos de vitaminas y minerales antioxidantes no tiene efectos beneficiosos para la prevención”, subraya Aranceta.
En su conferencia, en relación con la alimentación adecuada para una prevención de enfermedades oculares, el ponente sugirió consumir una dieta equilibrada y saludable (dieta mediterránea), y aumentar el consumo de alimentos ricos en carotenoides maculares (luteína y zeaxantina). La luteína se encuentra en las hojas verdes oscuras; como la espinaca, la col rizada y el repollo, así como en el brócoli, papaya, naranja, mango, judías verdes o habichuelas, melocotones, patatas, calabaza, uvas rojas y pimientos verdes. La zeaxantina, por su parte, se encuentra en el maíz, calabaza, naranja, mango, repollo, albaricoques, melocotones y pimiento anaranjado. “También es muy importante consumir pescados grasos, fuente de ácidos omega 3 y, en cuanto a los suplementos antioxidantes, todas las guías hacen referencia a la combinación de vitaminas, zinc y carotenoides utilizada en los estudios AREDS”, destacó.
Sobre el estrés oxidativo y el consiguiente daño ocasionado en las proteínas del cristalino, el conferenciante destacó que es un factor causal conocido que influye en el inicio y progresión de la formación de cataratas, por lo que también se ha sugerido el interés de los antioxidantes. “Se ha sugerido que algunos nutracéuticos podrían ser de interés en etapas precoces de la retinopatía diabética para prevenir su progresión, por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, aunque la mayor parte de los estudios por el momento son estudios en animales o in vitro”, concluyó.
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