No importa no saber nada de bebidas a la hora de plantearse cómo elegir un buen vino. En Bodegas Obergo, situada a 30 km de Barbastro (Huesca), concretamente en laderas pedregosas en la parte más alta de la Denominación de Origen Somontano, conocen los datos fundamentales que garantizan no equivocarse en la elección. Y es que no es fácil distinguir los vinos de mejor calidad, por lo que lo ideal es dejarse llevar por el gusto personal. A continuación, la mejor brújula para saber qué formularse en un momento dado, llegando a un excelente destino.
El precio no lo es todo para elegir un buen vino
El vino debería cumplir un viejo refrán que reza «existe un mundo mejor, pero es más caro». «Sin embargo, es verdad que no todo vino más caro es más bueno, ni más adecuado al paladar de cada persona», indica Joaquín Vidal, Gerente de Bodegas Obergo.
En la estantería de vinos accesibles, existe una diferencia gustativa notable en sabor y complejidad. Pero en la de los considerados como más caros, no. Ahí hay que pensar que existe un salto efectivo que ha llevado a elaborar vinos más precisos, matizados y ricos en sabores nuevos, entre los que ya despunta la elegancia y el trazo fino.
En los vinos incluso más caros, la calidad del vino es poco discutible. Y es que, en general, las diferencias son sutilezas que hacen referencia a otras cuestiones: cantidad de botellas, prestigio del productor o canales de venta. Por eso, es importante saber cómo elegir un buen vino.
En definitiva, en las estanterías actuales hay vinos sensatos a precios accesibles. Porque existen varios escalones cualitativos entre un vino a buen precio y el resto, resultando el precio una cuestión de oferta y demanda y, sobre todo, de quienes pueden y quieren darse el gusto. De todos modos, cuando una botella gusta, no hay dinero que lo explique.
El estilo que guste a cada persona
Una vez decidido si el vino escogido será blanco, tinto o rosado, llega el momento de pasar a la acción. Sacar información de las etiquetas es un buen punto de partida para acertar con la elección. Y es que interpretar una etiqueta no es difícil. Esta indica el tipo de uva (según se caten más vinos, cada uno conocerá las uvas que más le gustan).
También muestra la añada, si pertenece a alguna Denominación de Origen y el nombre de la bodega. De hecho, hay bodegas en las que todas sus referencias son excelentes. Con el tiempo, se aprenden las bodegas infalibles, convirtiéndose en una apuesta segura. «¿Será el caso de Bodegas Obergo? Nada mejor que empezar a hacer la prueba».
Las aplicaciones móviles pueden ayudar
Existe una aplicación para cada ámbito de la vida. Y el mundo del vino no iba a ser una excepción. Además, resultan especialmente útiles. Existen excelentes aplicaciones móviles en las que al sacar una foto de la botella o escaneando con el Smartphone se arrojan valoraciones de cada vino y de los aspectos que se quieran conocer. Nada mejor que descargar alguna de ellas y comprobar, si sirve para acertar con el vino perfecto. Y es que, sin duda, el vino ideal es el que se disfruta.
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